Cine para pensar, sentir, consolidar conocimientos, generar actitudes, despertar el sentido crítico y la creatividad. Ciertamente el cine nació al margen del mundo educativo y, como todas las artes, tiene una vida propia. Pero también como las artes-literatura, teatro, etc. – Tiene una vertiente educativa que podemos explorar.
El relato cinematográfico capta la atención y sobre todo conecta emoción y pensamiento. El relato imaginario, como ocurre con los cuentos, facilita que cada uno se apropie del mensaje que necesita. Por eso, hablamos no sólo de comprensión, sino de un entendimiento entre el pensamiento y la emoción; así, algunos teóricos hablan de «sentipensar» (Saturnino de la Torre) o «razón logo prática» (Julio Cabrera).
Tal como explica Victor M. Amar Rodríguez en Comprender y disfrutar del cine también nosotros proponemos una metodología que se rija por las siguientes características:
– Motivadora, es decir, que resulte una experiencia positiva, que sea atractiva.
– Flexible. Que se introduzca el cine en formas diferentes, que la experiencia no tenga siempre la misma secuencia, que haya variaciones en la presentación de un film: se puede empezar por un final, por un momento decisivo dentro del film, etc.
– Fundamentalmente grupal. El cine es en sí mismo un medio compartido. A diferencia de la lectura que es individual, el cine es un arte pensado para ser visto en compañía y esto lo hace más fácilmente compartible. El hecho de poder compartir una experiencia intelectual y afectiva, aunque sea basada en hechos inventados, nos da un punto de partida para poder hablar. Explicarnos lo que hemos entendido, lo que nos ha interesado más, lo que hemos constatado, los sentimientos que nos ha despertado, etc. hace grupo, nos ayuda a conocer a la otra persona y conocernos un poco más a nosotros mismos.
– Activa. Lejos de ver un film como si fuéramos el sofá de casa, propondremos algunas tareas para cada visionado. Pueden ser tareas de observación, y también de interpretación, de reflexión, etc.
– Investigadora. Pararemos el visionado cuando convenga para cuestionar aspectos, de revisar situaciones y sobre todo de proponer hipótesis, sugerir soluciones o líneas de actuación.
– Permite el análisis crítico. Procuraremos que los chicos lean no sólo el contenido del mensaje, sino la forma como nos lo hacen llegar, de manera que vayan aprendiendo lenguaje cinematográfico y, por tanto, sean capaces de descifrarlo y no se dejen seducir por las imágenes.
– Lúdica. Que el peso de la información y la formación que supone no mate el aspecto lúdico y de entretenimiento que tiene el cine. Ligar las tareas a realizar con un espíritu distendido y atractivo, de implicación, de descubrimiento, etc.
El relato fílmico por el hecho de usar lenguajes tan variados -imagen, sonido, fotografía, movimiento, actuación, diálogo, vestuario, etc. – Tiene un efecto ampliador, ya que estimula muchos resortes diferentes y de signo y potencialidad diversa.